La palma de la fama se la lleva el Decamerón, conjunto de cien cuentos con los que se entretuvieron diez jóvenes, encerrados por mor de la epidemia de peste bubónica de 1348 en una preciosa villa de Fiesole. Si su autor, Giovani Boccaccio, vivió algo parecido y aprovechando que el Arno pasaba por Florencia lo puso por escrito a su ingeniosa manera, es algo que no viene a cuento. Lo que interesa ahora es qué hicieron estos chicos y de qué hablaron. Curioso: organizaron sus tareas diarias mediante un horario acordado, racionaron los alimentos pa
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