En la Antigüedad, la púrpura era el tinte rojizo, símbolo de reyes y emperadores. Los generales romanos vestían en los triunfos túnicas de púrpura y oro, mientras que los senadores y cónsules llevaban bandas de color púrpura en los bordes de sus togas. En el Imperio romano se reguló el uso de la púrpura y sól el emperador podía vestir la mejor púrpura. En el Imperio Romano de Oriente este color sólo podía ser utilizado por un miembro de la familia imperial, al que se llamaba ‘porphyrogentios’, es decir, "nacido con la púrpura".
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