Que los clientes acaben haciendo gran parte del trabajo, que además les guste y estén dispuestos a pagar por ello pensando que están recibiendo una buena relación calidad-precio es el santo grial de las marcas. Pero, ¿se puede alcanzar esa combinación de factores? Y, ¿qué efectos tiene en el consumidor? La idea de hacer las cosas más laboriosas para que los consumidores las valoren más es una táctica de marketing establecida. Ahora lo conocemos como el "efecto Ikea".
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