Cuando uno anda enfrascado en un problema, a veces lo mejor es dejar de pensar en él, por lo menos de forma consciente. Las investigaciones han demostrado que tomarse un respiro o consultarlo con la almohada ayudan a que el cerebro encuentre el camino a una solución. Ahora un nuevo estudio ahonda en ese efecto, denominado incubación, al usar estímulos sonoros para que la mente durmiente se centre en un problema.
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