La leyenda cuenta que cuando Carmen Polo las encontró en el Pazo de Meirás, -la mansión de Pardo Bazán que se apropiaron los Franco-, esta las mandó quemar. El año pasado, un librero de Madrid aseguró que esas cartas existen o que la menos existieron hace 40 años. . “Esas cartas no se han secuestrado porque sí, sino porque se ha tomado la decisión política de que Galdós sea recordado únicamente como un caballero y Emilia sea conocida, como la llamo Clarín en su época, como una puta”
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