Tras varios años de silencio creativo -y una Guerra Mundial– Arnold Schönberg estrenó en 1924 su Serenata op.24, una obra que ponía en práctica una técnica de composición completamente nueva y autosuficiente que el compositor había desarrollado en un secreto casi absoluto y que -según sus propias palabras- estaba llamada a remplazar al sistema tonal en un par de décadas: el dodecafonismo. [...] Dicho gesto puede inscribirse en un movimiento [...] consistente en transferir a los nuevos lenguajes la solidez prestada antaño por el sistema tonal.
|
etiquetas: música clásica , vanguardia , dodecafonismo , serialismo , atonalismo