El análisis químico de las sustancias puede sugerir formas nuevas y más amplias de integrar insectos comestibles en los menús.Para abrirles paso a mercados más amplios, y quizá en la industria alimentaria, Liu y su equipo de la Universidad Estatal de San Diego analizaron los perfiles de olor (que detectan los compuestos que contribuyen a los sabores) de cuatro especies: la hormiga chicatana, la hormiga negra común, la hormiga espinosa y la hormiga tejedora.
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