El 29 de octubre de 2010 murió Marcelino Camacho. Tenía 92 años, toda una larga vida de un trabajador metalúrgico comprometido con su clase, por lo que pagó un alto tributo en las cárceles franquistas. Pero no podemos quedarnos en el recuerdo, ni se trata de ensalzarlo, sino aprovechar la oportunidad para mirarnos en el espejo que refleja la situación de la clase trabajadora de este país. Y el balance es bastante desolador, la clase obrera no está para ir al paraíso, precisamente. La verdad son los hechos sin adornos. Y abundan los pasos atrás
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