En 1991 Perico Delgado le pasó el testigo a Miguel Induráin y se convirtió en su gregario en la ronda francesa, un papel que sólo aguantó tres años ya que en 1994 decidió que ya no iba a trabajar para el ciclista navarro. Delgado estaba en un gran estado de forma y venía de quedar tercero en la Vuelta a España pero prefirió ver el Tour de Francia por la televisión.
|
etiquetas: perico , delgado , miguel , induráin