Lamentablemente, esta es una historia común: una familia adquiere un pez dorado, pero después su hijo se cansa de él; tal vez el fútbol, las lecciones de guitarra o las tareas escolares comiencen a robarse todo su tiempo. La familia quiere deshacerse del pez pero no quiere lastimarlo, por lo que lo arrojan a un río local o lo tiran por el inodoro. Un movimiento quizás bien intencionado, pero que está causando problemas ecológicos.
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