Efectivamente, la tornadiza evolución de los seres vivos ha hecho que lo que hoy vemos claramente como una pata de caballo con su casco y todo, en realidad sea un trampantojo (ver El arte de engañar con las apariencias: La Perspectiva Borromini) en la que buena parte de lo que vemos está formado por un dedo y una uña. Pero...¿cómo se puede haber producido semejante modificación? Si tiene un poco de curiosidad, siga leyendo y se lo explico.
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