Un deterioro inexorable resultado de la acumulación de diversos daños a nivel molecular y celular en los distintos tejidos. En los últimos años hemos acumulado suficiente conocimiento acerca de estos daños para identificar intervenciones dietéticas, farmacológicas e incluso genéticas destinadas a ralentizar o revertir el proceso de envejecimiento. La ansiada “fuente de la eterna juventud”. O en este caso fuentes, en plural.
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