No todas las experiencias de viaje resultan ser placenteras. Resulta que hay experiencias que van íntimamente ligadas a los lugares como el hilo a la tela, que penetra el tejido y se afianzan a él de una forma tan fuerte que luego nos resulta casi imposible soltar la costura para tejer de nuevo. ¿A qué me refiero? A los lugares que tienes como fantasía en tu cabeza y que cuando los conoces de la mano de una mala experiencia, puedes llevarte un pésimo recuerdo. Vamos al grano: odié visitar Machu Picchu.
|
etiquetas: turismo masificado , machu picchu