En 2001, un yate español se estrelló contra las escarpadas rocas de la costa de la isla azoriana de San Miguel. A pesar del riesgo real de muerte, su piloto no pidió ayuda a los guardacostas. En su bodega había dos mil libras de cocaína venezolana pura y sin cortar. El 6 de junio de 2001 fue un día bastante duro para la mafia siciliana. Uno de sus contrabandistas, un hombre llamado Antonino Quinci, acababa de llegar a un país en el que no debía estar. Se dirigía a las Baleares, a llenar la nariz de los fiesteros en Ibiza.
|
etiquetas: rare earth , azores , cocaina , san miguel , antonino quinci