(Crónica de 1883) Las revistas francesas se han ocupado recientemente de una nueva solución, ideada por Mr. Duponchel, para este inaccesible e interesante problema: la dirección de los globos. Dar a nuestros lectores una ligera noticia del sistema propuesto por el inventor, es el objeto del presente artículo. Las infinitas soluciones que han ido apareciendo y desapareciendo, desde el día memorable en que Mongolfier vio elevarse por el cañón de su chimenea la carta providencial, origen del descubrimiento que nos ocupa.
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