La historia del desarrollo industrial está marcada a fuego y hollín en los pájaros urbanos. Por primera vez, un equipo ha comparado el plumaje de más de 1.300 ejemplares de alondra y gorrión capturados entre 1880 y 2015. La diferencia saltaba a la vista. Los más antiguos, conservados en museos, eran más oscuros.Un análisis al microscopio mostraba que, sencillamente, sus plumas estaban llenas de restos de la combustión del carbón. Las alondras eran negras porque estaban sucias.
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