El opio, bautizado como tal por el médico Hipócrates (opós mekonos), es un producto rico en alcaloides que se extrae de la cabezuela de la adormidera realizando incisiones equidistantes. De estas, surge un látex blanquecino y lechoso que, tras su solidificación y deshidratación, resulta en la pasta del opio en bruto. Una vez el preparado es consumido, provoca una sensación de euforia y bienestar, calmando dolores y aletargando el cuerpo, junto a una gran variedad de efectos secundarios.
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