Concluida durante la temporada turística en Blanes, donde Bolaño pasó el verano vendiendo bisutería en una tienda de su madre. En aquella época Bolaño carecía de ordenador, y estaba inmerso en varios otros proyectos, entre ellos dos novelas inéditas: Diorama y DF, La Paloma, Tobruk. El espíritu de la ciencia-ficción constituye, también, un fascinante cianotipo de la poética de Bolaño y de hasta qué punto este halló inspiración en Wiliam S. Burroughs y Jack Kerouac.
|
etiquetas: literatura , roberto bolaño , revista turia