Un portazo. Así comienza la primera de la historias que os quiero contar hoy. Enero de 1816, 5 semanas después de dar a luz, la mujer del afamado poeta Lord Byron le pidió el divorcio y obtuvo la custodia de su hija. Su mayor temor era que Ada -su hija- terminara dedicándose a la poesía como su padre, por lo que estableció para ella una rigurosa educación centrada en las matemáticas y las ciencias.
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