En el anuncio se aprecia cómo, al cabo de 30 días, la planta que recibió cumplidos estaba tan lozana como el primer día mientras que la verbalmente agredida estaba muerta o al menos agonizando. El experimento no es más que un intento 'buenrollista' de utilizar una idea poética y 'magufa' para luchar contra el acoso. Pero el resultado no es nada pedagógico porque el punto de partida es una falsa teoría basada en la pseudociencia: las plantas nos entienden. No se puede enseñar a un adolescente con mecanismos y ejemplos falsos.
|
etiquetas: anuncio , ikea , plantas , alumnos , mentira , publicidad