Los enormes cuerpos de los dinosaurios retenía mucho calor. Investigadores de la Universidad de Ohio han descubierto que los anquilosaurios tenían una especie de aire acondicionado en sus hocicos. Los pasajes nasales del Panoplosaurus y el Euoplocephalus eran muy largos y enrollados para transferir el calor desde el cuerpo al aire inhalado y así evitar que sus cerebros se cocieran en los climas cálidos del Mesozoico. La tensión fisiológica del gran tamaño corporal pudo estimular estas novedades fisiológicas. En español:
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