En el año 1995, José María Laguarta y su hijo fueron los últimos colchoneros en activo de la ciudad de Huesca, y durante los últimos años en el Alto Aragón. Eran descendientes de una generación de basteros que tuvieron que aplicar sus conocimientos de la lana a la fabricación de colchones, cuando se fue reduciendo el uso de las caballerías en las labores agrícolas. Gracias a ellos pude conocer este oficio del colchonero. Monesma Documentales
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