El 20 de diciembre de 1973, ETA asesinó al almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno franquista de España. El pánico cundió entre los sátrapas de medio mundo, incluyendo a la familia real española, que detectó rápidamente la necesidad de protegerse con vehículos blindados. Afortunadamente para el entonces Príncipe Juan Carlos, el hermano de su esposa Sofía (el ex rey griego Constantino) había conseguido una chamba como vendedor en de coches a prueba de balas.
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