Hong Kong es la ciudad más cara del mundo para comprar una vivienda. Un piso en uno de sus cientos de rascacielos cuesta el equivalente a 18 años de ingresos familiares, según los datos que maneja la consultora estadounidense Demographia. Por eso no es extraño que los apartamentos se subdividan en pequeños compartimentos de apenas 2 metros cuadrados por los que se puede llegar a pagar más de 300 euros de alquiler mensual. Son las ‘casas-ataúd’.
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