«Mi abuela materna es uno de los grandes villanos de esta historia», revela el prestigioso creativo. Un «Juego de Tronos» en la Europa de la Segunda Guerra Mundial vivió Karel Holemans, pintor bohemio condenado a muerte por ser espía alemán. Karel empezó de cero en España, donde medró y se enamoró de Teresa, una comadrona con la que tuvo el hijo que hoy publica «Los espías no hablan»
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