Ni Pablo Iglesias es Lenin, ni Iñigo Errejón Mártov, pero si Bruselas fue la encrucijada para el partido socialdemócrata ruso y el germen de su guerra civil interna, Vistalegre 2 amenaza con ser la de Podemos. El congreso clandestino que comenzó en Bruselas y terminó en Londres como una reunión “que se rompió en pequeños grupos, con ambas facciones acusando la una a la otra de haberlo iniciado todo, o de haber traicionado a la otra" según el historiador Orlando Figes
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