Fernando Colina es a la (anti)psiquiatría lo que Goya a la pintura, zahorí de la sombra, y, aunque jubilado desde hace más de tres años, participa activamente en La Revolución Delirante, un movimiento de profesionales de la salud mental fundado en 2011, emparentado con la línea de acción de la psiquiatría democrática en Italia. Fue director del Hospital psiquiátrico Dr. Villacián y del área de psiquiatría del Hospital Universitario Río Hortega, ambas instituciones vallisoletanas.
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