Al principio, todo era caos. Tras los tormentosos inicios de la Tierra, la vida y el equilibrio se abrían paso. Hace 4.000 millones de años, las bacterias y las arqueas dominaban el planeta. Todo era actividad volcánica, meteoritos y ausencia de oxígeno. Un paraíso en el que nada podía salir mal. Pero algo pasó en un punto desconocido. Las primeras células se ganaron un archienemigo. Un trozo de ADN capaz de sobrevivir en soledad. Una máquina perfecta que acabó con el equilibrio y empezó una guerra milenaria que sigue en marcha.
|
etiquetas: bacterias , contra , virus