Seguramente más de una vez te ha pasado que has mirado el rostro de alguien y no te ha dado muy buena espina. Es bien sabido que el mal puede llevarse en la expresión (una cara de furia o ira), pero más allá de esto, ¿podemos ser sospechosos de haber cometido un crimen tan solo por la forma de nuestra cabeza? ¿Hay algo en nuestro aspecto que determina nuestro valor moral? De ser cierto, las personas que se salen de los cánones de belleza estarían constantemente cuestionados por la naturaleza de sus acciones.
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