Después del paseo espacial Armstrong y Aldrin todavía tenían por delante cerca de diez horas antes de despegar, siete de las cuales estaban destinadas al sueño. Aldrin cortó la transmisión de la cámara exterior de televisión con un «OK, apagamos; nos vemos mañana». [...] Mientras se preparaban para descansar, los dos hombres no se comunicaron con el control de Tierra, pero la telemetría seguía siendo recibida. Era la primera vez que dos seres humanos intentarían dormir en la superficie de la Luna, aunque no sería sencillo.
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