Han pasado 25 años. «Mataron a uno, pero pudieron matar a más, porque, seguramente, Aitor Zabaleta salvó la vida a varios» recuerda el periodista Mikel Recalde. Aquel día, miembros de la Peña Izar preguntaron a un policía por un bar en el que pudieran tomar algo y estar tranquilos. El agente los envió a un bar cercano, en el paseo de los Melancólicos, era un bar frecuentado por miembros del Frente Atlético. Ricardo Guerra disfrutaba de un permiso penitenciario, dentro de su condena por apuñalar a otra persona a la salida de una discoteca...
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