El problema es que la suma de ignorantes científicos y de fanáticos anticiencia conforma una sólida mayoría de analfabetos que, desgraciadamente cuando llega la hora de votar, terminan eligiendo como gobernantes que tomarán las riendas del poder y de los destinos de la nación a completos demagogos, que por ser tan analfabetos científicos como sus iletrados votantes toman las peores decisiones posibles y terminan exterminando incluso a esos votantes que les auparon al poder.