La televisión es teatro, y en teoría los espectadores diferenciamos con criterio lo que ahí se cuece. Cuando un tipo en la tele suelta una gracia contra otra persona, me río del ingenio, no de la otra persona. Es un matiz que por desgracia no se suele separar. Cuando la gracieta ya es directa y hasta estúpida, pues te ofende el que la dice. Tengo el criterio suficiente para pensar por mi cuenta y opinar de la persona "atacada". Es más sabio fijarse en quien habla, pues de la otra persona tengo menos datos directos en ese momento, donde …