Durante años militares suizos usaron lagos como un vertedero de municiones viejas, creyendo que podrían desecharlas ahí de forma segura. Solo en el Lago Lucerna hay unas 3.300 toneladas de municiones, y en el Lago Neuchâtel, que la fuerza aérea suiza utilizó para prácticas de bombardeo hasta 2021, hay 4.500. Algunas municiones están a entre 150 y 200 metros de profundidad, otras en el Lago Neuchâtel están a solo 6 o 7 m. El Ministerio de Defensa suizo ofrece 50.000 francos (US$ 58.000) de premio para quien proponga la mejor idea para sacarlas.