El fascismo es como los pantalones de campana, las riñoneras o Leticia Sabater: nadie sabe muy bien por qué pero siempre vuelve. Cuando hablamos de fascistas es posible que nos vengan a la cabeza imágenes militares, agresivas y en blanco y negro. Pero no os confundáis: también los hay con náuticos, injertos de pelo y que suben fotos de sus desayunos healthies a Instagram…