La batalla entre las autoridades federales de Estados Unidos y las empresas tecnológicas en torno a la creación de un acceso a dispositivos encriptados, conocido como puerta trasera (back door), se ha desatado definitivamente con la decisión del gigante tecnológico Apple, que se ha negado a desbloquear el teléfono móvil de uno de los autores del tiroteo de San Bernardino, en el que murieron 14 personas, lo que representa el inicio de lo que promete ser un largo y tenso pulso judicial. Una jueza federal, Sheri Pym, había ordenado este martes...