Los zuecos de Crocs se dispararon en popularidad en los últimos años a medida que los clientes optan por la comodidad. Su estilo distintivo, arrastrado por el movimiento de la «moda fea«, los convirtió en uno de los zapatos que más divide opiniones en internet. En la demanda Crocs alegó que 21 minoristas, fabricantes y distribuidores -incluido Walmart- vendían versiones similares de sus zuecos a precios más bajos. La empresa «ha sufrido y seguirá sufriendo un daño irreparable» a su reputación debido a esto, dijo.

En su día, un informe del Consejo General del Poder Judicial causó polémica al afirmar que la legislación que se pretendía aprobar podría considerarse próxima al “derecho de autor” porque se estaba penalizando en mayor medida al hombre que a la mujer para unos mismos hechos. No obstante, el TC lo avaló al entender que esa distinción penal en determinados delitos respondería a una situación estructural de machismo que debía tener su reflejo en la ley.

La identidad de Lady Crocs sale a la luz en esta entrevista donde la juez cuestiona el concepto de "violencia machista" que inspira la LIVG. A pesar de que se ha generalizado la expresión “violencia machista”, discrepo de su utilización apriorística para todo tipo de hechos delictivos en los que el autor sea un hombre y la perjudicada una mujer.

Sheri Schmelzer comenzó a decorar los zuecos de sus hijos por pura diversión. Meses después Crocs compró su empresa por 20 millones.