Las 4:00 de la madrugada, contentos tras un exitoso concierto y tambien agotados, la jornada ha sido larga. Coche cargado en la puerta de la sala Siroco. Es el momento de acabar la noche. Conduce Jesús que, tras el bolo, apenas ha bebido. Encendemos el aparatito mágico que nos lleva hacia la casa que Paskual Muerdo tan amablemente nos ha cedido en Madrid para estos dias. Arrancamos. Todo bien, hasta que en una interseccón grande, nos topamos con un control policial enorme.