Rubén Maño, condenado a prisión permanente revisable y a 17 años más de cárcel por violar y asesinar a una menor de quince años en Chella (Valencia) en octubre de 2016, volvió ayer a los juzgados para enfrentarse a un juicio por amenazas a una joven con la que inició una relación por carta y en encuentros vis a vis estando ya en prisión. «Me dijo que si no era para él, no sería para nadie, que si alguna vez me veía de la mano con otro, nos torturaría a los dos, a él primero para que yo sufriera», relató la víctima.