La información que ha posibilitado la localización proviene de un vecino que fue testigo presencial. Félix Echalecu fue obligado a realizar la fosa y presenció las ejecuciones. “Aquel día trajeron 17 esposados de dos en dos, los metían como a corderos en la primera borda… Un pistolero le pegaba un tiro en el corazón y caía; en la parte derecha el segundo pistolero le pegaba un tiro de gracia. No lo olvidaré mientras viva”, decía.