Tengo que echarme talco para que no escueza. Y tengo el culo gordo. Y pelos donde no debe ser. Y me están saliendo arrugas, canas. Y no tengo los dientes blancos, ni son exactos. Por eso soy perfecta. La perfecta borrega asustada que se pasará la vida tratando de que algunas de sus curvas sean convexas, de que no haya rastro de pelos, granos, manchas... Que se avergonzará de su cuerpo y querrá el de otras, y se culpará de no tenerlo. Que se creerá invisible, inquerible, infollable, despreciable...