Cuando JxCat forzó la dimisión de Eduard Pujol tras recibir varias denuncias internas por acoso sexual, el político llevó a las denunciantes a juicio, demostró su inocencia y el juez afeó a Junts el “grave perjuicio económico, social y político” causado a su dirigente. El caso ha sido ampliamente difundido y, junto a otros actuales sobre los que planea la sombra de la duda, la presunción de inocencia ha acaparado titulares y preocupaciones.