Nueve años al volante de un autobús de línea en Málaga dan para escribir una trilogía, pero Guillermo López, de 36 y gran aficionado al ciclismo, nunca se había enfrentado a una «falta de sensibilidad y humanidad» como la que vivió hace justo una semana en un autobús de la Línea 3 (Puerta Blanca-El Palo). Tras intentar hacer entrar en razón a un hombre que se negaba a compartir el viaje con el perro guía de una invidente, el conductor número 931 de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT) se vio obligado a interrumpir su recorrido