¿Dimisiones, enfermedad incurable, complotes interiores o atentados islámicos o sencillamente una pura sensación de debilidad? El Jubileo de Papa Francesco ya parece un testamento de transformación de la Iglesia y de su pueblo y un temblor por el mundo dividido y despistado que no está fijándose en profundidad en el mensaje de este Papa Bueno que hoy pare mas bien como una despedida.