Una investigación pública concluye que décadas de fallos del Gobierno, reguladores e industria convirtieron la Torre Grenfell de Londres en 2017 en una trampa mortal; murieron 72 personas. No hubo causa única, sino combinación de empresas deshonestas, reguladores débiles o incompetentes y Gobierno complaciente, condciendo al incendio más letal en RU desde la 2GM. Según el juez retirado Moore-Bick, jefe de la investigación, todas las muertes eran evitables, "Todos contribuyeron, la mayoría por incompetencia, algunos por deshonestidad y codicia".