De todas las ficciones que rodean al Partido Popular, la más difícil de tragar es precisamente la que con más ligereza asume el conjunto de la sociedad; es aquella que pretende que el PP es un partido funcional y necesario para la democracia española, el puntal derecho que asegura la estabilidad del sistema. Es un relato común y compartido por personas de todas las ideologías y responde, en el caso de quienes se consideran progresistas, a un deseo noble de que exista algo así como una derecha democrática en el país.