Gràcia es un antiguo pueblo, independiente de la capital catalana hasta 1898, vertebrado por pequeñas calles y populosas plazas en las que sus vecinos impulsan de forma casi patológica la vida en comunidad, ya sea para el comercio, el arte, la cultura popular, la gastronomía o la reivindicación. Los incidentes de la noche del lunes fueron tildados por el semanal de información local l’Independent de Gràcia como los peores que se recuerdan después de un desalojo.