Las autoridades rusas han destruido tres toneladas de limones españoles en la región de Cheliabinsk, en los Urales, tras descubrir un cargamento de fruta que entró en el país a pesar de la prohibición vigente de importar alimentos perecederos procedentes de la Unión Europea. El Servicio de Inspección Agrícola y Ganadera (SIAG) informó hoy de que procedió a la destrucción de la fruta tras descubrir dentro del cargamento etiquetas que indicaban su procedencia española y que debieron de ser arrancadas por los importadores.