Los pescadores ilegales utilizan métodos altamente destructivos como el uso de compresores de buceo para extraer pulpo y otras especies marinas de forma indiscriminada. Se estima que hay alrededor de 200 compresores en funcionamiento en la zona. Estos métodos no solo dañan gravemente los ecosistemas marinos, sino que también ponen en riesgo la salud de los propios pescadores, quienes tragan aceite y otros contaminantes a través de los filtros defectuosos de los compresores.