La compañía aérea boliviana LaMia, dueña del avión siniestrado que se cobró la vida de 71 personas fue fundada en Venezuela en 2010 por el exparlamentario venezolano Ricardo Albacete Vidal, quien registró la empresa como una compañía de ciencia y tecnología para poder así beneficiarse de la influencia del Gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.